sábado, 25 de junio de 2016

De golpe

Así. De golpe. Pensé en mi viejo.
Se fue cuando solo tenía 41 años y yo 15. Fue tremendo por lo inesperado. De tenerlo al lado lleno de vida, de proyectos, con una fuerza de gigante, marcando caminos en la profesión, a esa partida sin despedidas.
Lo bueno es que nunca más me abandonó, desde esos primeros días después del accidente, en que yo tomaba mate en el jardín y le regalaba el primero a la tierra para que él lo compartiera, hasta hoy que charlamos muy seguido, sobre todo cuando viajo solo en la camioneta. Mil veces le he pedido consejos y he imaginado lo que hubiera hecho en mi lugar. Le he contado de mis alegrías y de mis vuelcos pero siempre ha estado ahí. Cerquita.

¡Qué cosa fuerte son los sentimientos!

viernes, 10 de junio de 2016

Cuando hierve la sangre

De un lado se ubica la gente y los países más ricos y desarrollados, y del otro la gente y los países más pobres. Desde que el hombre se organizó en sociedad hubo diferencias. Siempre existieron minorías que disfrutaron lujos y placeres extremos, y mayorías sumergidas, apaleadas, esclavizadas y explotadas salvajemente.
La diferencia es que la comunicación global sin límites, permite “espiar” todo lo que sucede, Las mayorías asisten a los grandes festines de los poderosos, sentados en una paupérrima casilla de cartón, a través de la tele y los medios electrónicos. Y se calientan. Ven a tipos que hace pocos años eran empleados comunes y a los que ahora les encuentran casas, campos, hoteles, barcos, aviones y autos en cantidades y con lujos inconcebibles, e inevitablemente sienten que les hierve la sangre.
Y en el hervir de la sangre se hace difícil separar a los que hicieron su fortuna trabajando o haciendo negocios en forma decente, de los que simplemente robaron impúdicamente lo que se puso a su alcance.
Así también, hay muchos a los que les cuesta diferenciar a los chantas que los sedujeron con mentiras, de la gente con buenas intenciones que quiere arreglar los desbarajustes colosales que les dejaron.
Esto pensaba a la mañana temprano, cuando escuchaba por la radio, la cantidad interminable de paros y cortes programados por los reclamadores seriales.     


jueves, 9 de junio de 2016

Temporal interminable

La imagen del título de este blog refleja lo que nos está pasando desde hace unas seis semanas. Llueve fuerte, llueve más despacio, después sale el sol un rato, de pronto sopla don viento con enormes ganas. Amanece con una gran helada, y vuelve a llover fuerte y así vamos. Mientras tanto, los caminos de tierra se van complicando. Barro, huellones, algún pantano. Lo mismo pasa con las mangas. Los corrales son un pisadero y en los que todavía no hay un pisadero, la gente trata de no encerrar para no estropearlos más. Es lógico que el laburo se resienta. Tenemos montones de vacas y toros por revisar todavía, pero solo vamos haciendo las urgencias a duras penas, envueltos en ponchos y camperas impermeables.

Lo bueno es que nos va quedando tiempo libre para escribir, encarar los proyectos de teatro y leer y estudiar sin apuro. Cosas lindas pero que no nos dan de comer.

El hombre y el teléfono

  Cualquier empleado de campo, por más rústico que aparezca, anda con su teléfono celular en el bolsillo. La mayoría de los menores de 30 añ...