miércoles, 30 de agosto de 2017

Cuando se quiere se puede





El temporal duró dos días. Cayeron entre 70 y 90 mm de agua y hubo granizo y fuertes vientos. Ayer, Perico Robledo me llamó porque tenía una vaquillona que no podía parir. Lo grave fue que él no podía salir del campo para venir a buscarme, y yo no podía llegar hasta allá en mi camioneta, porque las calles estaban intransitables.
Me quedé trabajando en la veterinaria preocupado con el asunto hasta que, alrededor de las cinco de la tarde, apareció Perico. Me contó que lo habían sacado de tiro con un tractor hasta una parte en que el camino está entoscado, y después dio una vuelta enorme hasta que pisó la ruta y se vino a San Manuel.
En el momento pensé que venía a buscarme, pero la sorpresa fue que en la caja de su camioneta traía la parturienta.

Enseguida buscamos un galpón porque llovía torrencialmente, descargamos la paciente y le hicimos una bonita cesárea. 

martes, 29 de agosto de 2017

Una yegua generosa



Llegué temprano a "Los Ceibos". Me recibió el encargado entre asustado y amargado.
-¡Seis se murieron Jorge! ¡Seis vacas de las mejores! Si no pierdo el trabajo con esto no se lo que le digo-
-¡No se ponga mal Don Alberto! ¡Vamos a ver que es lo que pasó!- 
En un rato recorrimos el lote de vacas en parición, e hice la necropsia a dos de las finaditas, mientras el pobre hombre me llenaba de información.
-¡Esto es hipomagnesemia!- Sentencié finalmente -Este problema se está dando en la mayoría de los campos de la zona-
Ya de vuelta en la casa, le expliqué todo lo que había que hacer para prevenir mas muertes y nos pusimos a hablar sobre los seis terneros que habían quedado huerfanos al morirse sus madres.
Detrás nuestro estaba la yegua Morenita, escuchando con atención. De pronto dijo:
-¡Perdón que me meta! Si Don Alberto quiere, yo me puedo hacer cargo de uno de los pichones. Hace tiempo que tengo ganas de ser madre-
A pesar de mi desconfianza, el hombre le acercó uno de los guachitos para ver que pasaba ¡Y en ese mismo momento, Morenita lo adoptó como hijo.
A la semana, Don Alberto me hizo llegar las fotos que se ven mas arriba y me contó que, increíblemente, a la buena yegua le había bajado la leche.
¡Cosas que pasan en el campo!  

martes, 8 de agosto de 2017

Un caso sencillo

Ayer llovía torrencialmente. Imposible salir al campo, así que estaba de “oficinista” en la veterinaria, haciendo informes y planillas.
En mitad de la tarde, se presentó la señora Morena, muy compungida, para pedirme que fuera a ver un perro a su casa.
-¡No hay problema Morena!- Le dije cortésmente, aunque la idea de salir en medio del temporal no me entusiasmaba demasiado.
-¡Sí hay problema Jorge! El perro que quiero que veas no es Mosquito, el mío. Quiero que veas un callejero que va todas las noches a comer a mi casa y duerme en el galpón. Si luego aparece, voy a tratar de tenerlo atado para mañana-
-¡Bárbaro! ¿Y qué le han notado de raro? ¿Está enfermo?-
-¡No! Tiene la manito derecha terriblemente hinchada. Me dijo un hombre del campo que sabe mucho, que ese perro debe estar quebrado-
-¡Listo! Mañana nos vemos y voy a tratar de arreglarlo-
Hoy preparé todos los elementos para atender al candidato, previendo una fractura, y me fui hasta la casa. Me estaban esperando con el animal atado. Se trataba de un enorme Collie, bien peludo, que lucía tristón y dolorido. Su manito derecha, desde la mitad de su largo, hasta las uñas, tenía tres o cuatro veces más tamaño que la izquierda, y los dedos, enormes, estaban tan separados que parecía la garra de un puma.

El perrito se entregó sumiso a la revisación. Pronto noté que no había fractura, pero no me daba cuenta del motivo de semejante inflamación. Hasta que de pronto, levantando el pelo, note algo enredado alrededor del miembro. Era una bandita elástica que algún gracioso le habrá puesto al perro, seguramente para divertirse, sin darse cuenta del enorme daño que le hacía. El trámite no fue más que sacarla y aplicar un antiinflamatorio. La señora Morena me miraba entre enojada con el bromista y aliviada por ver que el caso se había resuelto tan fácil. Yo me volví a la veterinaria lamentando no haber sacado alguna foto para ilustrar esta nota. 

Lo que se viene

  Me pasa muy seguido de querer ponerme a escribir notas, artículos técnicos o relatos, tal como hago desde hace muchos años, y encontrarme ...