domingo, 4 de febrero de 2018

Bonifacio y otros pueblos

La estadía en Bonifacio fue una maravilla. Estuve desde el jueves a mediodía, hasta la madrugada del sábado. Entre agasajos, largas charlas con mi hermano, y una buena cama para dormir. La verdad es que cuesta seguir viaje después de un tiempo tan blandito. Me encontré con varios primos después de mucho tiempo, visite a la tía Chita, y el sábado tempranito, mi hermano Guille me arrimó hasta el nacimiento (o final) de la ruta 85.
Con tanto descanso encima, arranqué hecho un avión, y a la 1 de la tarde pase el lugar en el que había pensado parar, que era Salliquelo. La única dificultad fue que ya el viento se me había puesto en contra de nuevo. De todas maneras seguí metiendo garra y a las 4 y media de la tarde, llegue a la entrada de Quenuma. Allí hay una estación de servicio y pronto tenia armada la carpa. Fueron algunas horas aburridas, porque no había ni siquiera posibilidad de usar el teléfono, pero pronto me dormí como un ángel en mi carpita. Había hecho 75 km en el día.
Hoy moví temprano, después de pasar una noche viendo las estrellas, ya que había dejado la puerta de la carpa abierta. Estuvo muy lindo. El viento no me molesto al principio y recorrí rapidísimo (para mi nivel) los 40 km hasta el limite con La Pampa, llegando a las 9.30 hs. Fotos, emoción y charla con la policía fronteriza. La cosa cambió cuando doblé por la ruta 1 para General Pico ¡Otra vez el maldito viento en contra! Hoy mi meta era el pueblo de Miguel Cané, así que poco a poco me fui acercando hasta que llegué a las 15.00 hs. Ya llevaba pedaleados 74 km y me quedaba poco resto. Pregunte por algún lugar para hospedarme y ¡No había ninguno! Así que completamente desconsolado encaré otros 16 km hasta Quemu Quemu. Llevaba hechos 6 km, y la cámara de mi rueda trasera reventó, tal vez por el gran calor, dejándome tirado en la ruta al rayo del sol y con 35 grados. Por suerte un muchacho que pasaba, David Caramela, se apiadó de mí y me trajo hasta el pueblo en su camioneta.

¡Y acá estoy! Cansado pero feliz y con la bici para reparar. Veremos como sigue.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Lo que se viene

  Me pasa muy seguido de querer ponerme a escribir notas, artículos técnicos o relatos, tal como hago desde hace muchos años, y encontrarme ...