lunes, 5 de febrero de 2018

Llegada a General Pico


¡Todo tiene un final! Eso fue lo que pensé esta mañana cuando me levanté en Quemu Quemu. Después del día tremendo de calor (recuerden que ayer, cuando se me derritió la cámara de la rueda trasera, eran las 14.30 y yo venía viajando con 35 grados de calor) llegué al modesto hotel Monterrey. Sin perder tiempo, cambié la cámara de la bici para dejarla en condiciones de rodar, y le hice algunas suturas al bolso de cuerina que se me venía descosiendo. Después me fui al tranquito para la plaza y me encontré con los “Domingos culturales”. Tocaban varios grupos buenos y había comida en abundancia. Estuvo muy lindo. Hoy salí de Quemu temprano porque se presentaba otro día de calor, después de charlar un buen rato con la señora que servía el desayuno y me mató a preguntas sobre el viaje.
El pronóstico era cierto nomás y para las diez de la mañana ya el calor era bien intenso. Yo venía pensando en lo hecho y lo por hacer, y en ese mismo momento confirmé mi decisión. Terminaría mi viaje en General Pico. Llegué cerca de mediodía, me tome un gran helado y me saqué una foto recordatoria en la bonita plaza mayor de la ciudad. Después me alojé en el hotel Caui y comencé los planes para el regreso. La cuestión es que mi yerno Santiago tiene aquí un conocido, el colega Miguel Pechín que aceptó gustoso tener mi bicicleta y parte de mi equipaje en guarda hasta que lo retire Santiago, que viene periódicamente a General Pico. El Dr. Pechin es ciclista aficionado y le costó creer que pudiera haber hecho este viaje en mi bici. Hasta le tomó una foto para compartirla con sus amigos del pedal. Yo mañana me vuelvo en micro y tal vez esté llegando a mi casa el próximo miércoles. Lo último que les cuento es que hace un rato, cuando llevé la máquina a la veterinaria de este hombre, fui con mucho menos peso que en el viaje y la pobrecita rodó alegre y contenta, toda livianita. La dejé en el depósito y le di una última mirada ¡Como la voy a extrañar! En estos doce días de aventura recorrimos 725 km juntos y no me dio ningún disgusto, solo el problemita de la cámara de ayer, pero con el calor que hacía ¡Creo que ni las bicis modernas se lo hubieran bancado!
Por fin, cuando le pasé la foto final a mi familia, puse “ He aquí el primer ser humano que unió San Manuel con General Pico en bicicleta”, como para darle un tono épico al viaje, aunque en realidad fue muy lindo hacerlo y no tuvo nada de hazañoso.

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